CÍRCULOS DANTESCOS 1, 2, 3, 4 Y 5
A diferencia de la conferencia de fase A, donde estudiamos los nueve círculos dantescos de nuestro mundo interior, en la presente nos referimos a las infradimensiones del planeta Tierra.
- Primer círculo dantesco – Esfera sumergida de la Luna
Este círculo está sujeto a 96 leyes. A esta región se le denomina Limbo. Es el hall del Infierno. Está formado por todas las cavernas del planeta, unidas astralmente. En este círculo están todos los desencarnados que no han agotado sus 108 existencias. Aquí recapitulan la existencia que acaba de pasar mientras esperan su próximo retorno. Todos los habitantes de esta región continúan haciendo las mismas cosas que hacían en el mundo físico. Todos andan con la conciencia dormida. También encontramos aquí a todos los seres humanos encarnados que no poseen cuerpos solares. En este círculo se encuentran todos aquellos que no se han bautizado. Equivocados sinceros que creyeron posible la liberación sin necesidad de la magia sexual. Este es el círculo de los perezosos. Aquí están todos los seres humanos que no transmutaron las aguas seminales.
- Segundo círculo dantesco – Esfera sumergida de Mercurio
Este círculo está sujeto a 192 leyes. Allí sentimos el huracanado viento de Mercurio, cierto elemento aéreo fatal. El bullir perpetuo de esas fuerzas pasionales negativas, que originan las mareas astrales. Región donde el entendimiento humano no trabaja. Mundo de instintos brutales donde la lascivia se mezcla con el ímpetu de la violencia. Aquí encontramos a todos los fornicarios que gozan extrayendo de su organismo el esperma sagrado. Cohabitan incesantemente y odian a muerte todo aquello que tenga sabor a castidad. Aquí habitan millones de criaturas humanas con el abominable órgano kundartiguador totalmente desarrollado. Los que ingresan en este círculo no tienen posibilidad de regreso. De cuando en cuando, aunque muy rara vez, los maestros que aquí trabajan, pueden auxiliar a los que verdaderamente se arrepienten sinceramente. La fornicación y la lujuria son el fundamento del ego que existe.
- Tercer círculo dantesco – Esfera sumergida de Venus
Este círculo está sujeto a 384 leyes. Allí se encuentra lluvia incesante, frío espantoso, lodo, aguas negras, podredumbre, etc. En este círculo se mueve el placer; aquí encontramos las cantinas, cabarets, prostíbulos, orgías y bacanales. Todo esto se encuentra en la esfera sumergida de Venus. Aquellos que han vivido de orgía en orgía, de cantina en cantina, sumergidos entre el lodo de los grandes festines, banquetes y borracheras, saben muy bien lo que se siente después de una noche de parranda. Muchos, queriendo ahogar en vino el estado desastroso en que quedan después de una borrasca, continúan por el camino del vicio, hasta llegar a la catástrofe total de su organismo. Después del placer, viene el dolor. En esta región, los difuntos escuchan con horror los espantosos ladridos de Cerbero, el perro infernal. Simbólico can que, con sus tres fauces crueles, representa las pasiones animales sexuales violentas, luciferinas, fuera de todo control. Allí se encuentran los placeres de la vieja Roma de los césares, convertidos en resultados fatales. Todos los festines, los adúlteros, las lesbianas, los poetas de lo degenerado, los orgullosos señores de los grandes festines, morada de los glotones, borrachos, drogadictos, todos los placeres sexuales, etc. Lisonjas, alabanzas, aplausos, dulces palabras, regias vestiduras, juramentos de amor, seducciones, caricias, besos, perfumes, bailes soberbios, comodidades, la fascinación de los lugares, las ostentosas comidas. Ahora solo la pestilencia del mundo soterrado de Venus. Después de todos los placeres solo quedan las lágrimas simbolizadas por la lluvia de esa horrible región, esas aguas pestilentes de la amargura y el lodo horroroso de la miseria.
- Cuarto círculo dantesco – Esfera sumergida del Sol
Este círculo está sujeto a 768 leyes. En los infiernos solares del planeta Tierra encontramos a todos los desequilibrados, con dos tipos definidos, los derrochadores y los avaros. Es tan absurdo el despilfarro como la avaricia; aquí aprendemos a mantenernos fieles a la balanza; la violación del equilibrio trae consecuencias kármicas dolorosas. El pródigo, el derrochador, aquel que malgasta su dinero, aunque en el fondo se sienta muy generoso, es indubitable que está violando la ley. El avaro, aquel que no hace circular su dinero, aquel que, egoístamente, lo retiene en forma indebida mas allá de lo normal, ostensiblemente está perjudicando a la colectividad, quitando el pan a muchas gentes, empobreciendo a sus semejantes; por tal motivo, está violando la ley del equilibrio, la ley de la balanza. El derrochador, aunque aparentemente haga bien haciendo circular la moneda en forma intensiva, es lógico que produce desequilibrio, no solamente en sí mismo, sino también con el movimiento general de valores; esto, a la larga, ocasiona tremendos perjuicios económicos a los pueblos. Prodigios y avaros se transforman en mendigos, y esto está comprobado. Es urgente cooperar con la ley del eterno trogo-auto-egocrático-cósmico-común; no entorpecer el equilibrio económico; no dañarse a sí mismo; no perjudicar a los demás. En el averno, desesperados, los pródigos y avaros, blasfeman contra la divinidad, maldicen, se combaten mutuamente, se sumergen en espantosa desesperación. Aquí encontramos también a todos los explotadores de cuerpos y de almas, jugadores de loterías, dados y barajas, sacerdotes y jerarcas, místicos que, insaciables, codician los bienes ajenos.
- Quinto círculo dantesco – Esfera sumergida de Marte
Este círculo está sujeto a 1 536 leyes. Es evidente pues, que la quinta región sumergida, resulta mucho más grosera que las anteriores. Por ende, el sufrimiento es allí mayor. En este círculo resaltan las gentes irónicas, furiosas, soberbias, altaneras y orgullosas. Asesinos, violentos, destructores, blasfemos que maldicen, personas llenas de odio y venganza, personas autoconsideradas, gentes que se hieren mutuamente entre sí, los malvados y perversos que amenazan. Todas estas gentes creen que van muy bien, ninguno supone siquiera por un instante, que marchan por los caminos de las tinieblas y del horror y que van mal. Todos ellos se sienten santos y virtuosos. Unos yoes desesperados huyen de otros yoes atacantes, y todos son partes de un mismo ego. Cada una de las partes huyen sin consuelo, despavoridas, tratando de ocultarse de cada una de las otras partes, nada agradable resulta para los difuntos tratar de huir de sí mismos, sentir horror de sí mismos. La conciencia de los difuntos en el quinto círculo viene a conocer sus propias maldades, sus propios horrores, sus insólitas violencias, la ira nefasta. La conciencia trata de huir de sí misma, de esos monstruos horripilantes, violentos. En la quinta infradimensión natural de nuestro planeta Tierra, resulta que la conciencia se enfrenta a sí misma, se autoconoce, mirándose con muchos ojos, desde diversos ángulos, de acuerdo con cada uno de sus yoes. Revolcarse entre tanto lodo, huir de sí mismo, sentir pavor de sí mismo, el yo enfrentado al yo, partes de mí mismo, enfrentadas a mí mismo, es ciertamente el horror de los horrores, lo incalificable, el espanto que no tiene palabras para expresarse.
Yo los invito a comprender, completamente, que cada uno de estos yoes diablos lleva en su interior; cierto porcentaje bien definido de nuestra propia conciencia.
Fin conferencia 16